El mundo entero es un escenario
Las palabras de Shakespeare que cito “El mundo entero es un escenario” nos llevan a preguntar… ¿qué sabía él que nosotros no sepamos o que tal vez hayamos olvidado? El sabía que las personas reales no son los personajes que representan. Como en cualquier actuación, los actores que hay detrás de los personajes son personas reales y el papel que representan está en la historia. Esto se aplica en nosotros como familia humana más que en ninguna parte. Todos somos actores, seres espirituales de una dimensión diferente, con un hogar y una familia, y nos ponemos el cuerpo como un traje, para interpretar nuestros papeles en el mundo físico.
Identidad real
Hay actores que se quedan tan atrapados en su papel que olvidan su verdadera identidad. No es tan extraño entonces que nos hayamos olvidado tan completamente de quiénes somos. Solamente necesitamos que se nos recuerde que nuestro cuerpo es el traje y que nosotros somos la persona real que interpreta un papel. Los actores representan muchos papeles diferentes… .unos son héroes, otros son villanos, pero fuera del escenario, son totalmente diferentes a sus papeles. Cuando se mira al ser espiritual, el actor en el escenario del mundo, no se parece en nada al personaje de la historia; es extremadamente hermoso, un ser con una forma de estrella … silencioso, inocente, inofensivo y todo esto de forma natural.
Viaje espiritual
Nuestro viaje espiritual es el de despertar a esta verdad eterna y ver el mundo físico en su perspectiva correcta… una escenario temporal al que estos seres de luz vienen a representar sus papeles en una obra. Al ser inmortales, su hogar y familia son eternos, están perfecta y profundamente seguros y protegidos. No necesitan nada de la historia. Están libres de deseos, expectativas, dolor, inseguridad… todo. Su corazón es limpio y puro; son amorosos y son amados. El escenario pasa a ser algo placentero porque no es su fuente de seguridad y felicidad; en su dimensión, la seguridad y la felicidad es normal.